martes, 11 de enero de 2011

Viciosamente glamorosas

No sé si antes habré dicho si no soy superficial. Bueno, efectivamente, no lo soy. Pero, me encanta mucho la moda y el buen vestir. No soy de juzgar a las personas por su apariencia, pero vestirme bien para mí, no lo hago por impresionar a nadie, yo creo que es un placer. Es un dilema cuando agarro mi ropa de mi closet y la desparramo sobre mi cama como si fuera un arcoiris. Ah no, negro, fucsia, morado, plomo. Esos colores me saben a "LGG". Es fatal como dejo mi cuarto antes de salir algún lado, mientras saco más ropa, siento que recibiré más llamadas de atención, pero a la vez me divierte estar con el tiempo tan ajustado y probandome ropa con poco tiempo. Otras veces, un día antes escojo, pero siempre dejo todo hecho una mierda. Tal vez sea tanto mi narcicismo que simplemente me encanta probarme todo tipo de zapatos, hacer todas las combinaciones posibles y lo mejor: maquillarme. Pero el orgasmo de maquillarme viene cuando me pongo delineador en los ojos. Verme el espejo mientras dibujo una línea perfecta sobre mis ojos -eso que yo dibujo tan mal- es, como diría Camaleón, tener pólvora en la boca. El resto del maquillaje es un extra, dependiendo del evento. Pero creo que el delineador es básico, como siempre les digo a mis amigas, a las cuales les enseñe a delinearse.

Después de leer todo esto, obviamente la conclusión es pensar que soy superficial (ya varios lo han hecho), pero no. Yo creo que simplemente es narcisismo. No busco impresionar a nadie vistiéndome, porque yo sé que no tengo estilo, no sigo lo que está de moda. No tengo estilo para nada, no sigo ningún prototipo, simplemente busco, soy y seré diferente. Ni mucho menos, juzgo a las personas por su apariencia aunque sea lo primero que está al alcance de mis ojos.

El título de esta entrada venía a uno de mis fotógrafos favoritos: Irving Penn. Es un fotógrafo de modas, pero simplemente es admirable la limpieza y a la vez suciedad que hay en sus fotos.

¿Por qué limpieza? Por el color blanco y negro. Por nada de saturación. Por la elegancia. Por la originalidad, por ese sentimiento de que nisiquiera puedo recargar mi descripción porque sería arruinar la simpleza. Porque en su época revolucionó la fotografía y la hizo simplemente elegante.

¿Por qué suciedad? Por la superficialidad, por las modelos. Porque no solo muestra modelos, sino muestra los vicios típicos de la sociedad: alcohol y tabaquismo, pero como si fueran los actos menos vulgares y con tanta clase. Que al vicio lo convierte en pasión y belleza. Porque hay fotos insensibles, así como otras densas que muestran dureza.

Por tener ambas cosas y tener el balance perfecto, me parece un excelente fotógrafo.


A mi me pasa siempre.

Des visages des figures.


Poca luz, densidad.

Y es que ya no es un vicio. Es tener clase.

Real

Camelicioso.

Perfección a medida.

¿Collas? ¿Perú?

Yves Saint Laurent (y lo sabes).

2 en 1

No hay comentarios:

Publicar un comentario