martes, 25 de enero de 2011

El es yo

LGG se despide de Camaleón. Camaleón dormita. LGG despierta, se levanta, escucha música, se aburre, no sabe qué hacer. Luego de escuchar música por casi media hora, decide entrar al blog. Son esos momentos que no hay nadie en el facebook, msn y bueno, tampoco está Camaleón, ya que cuando él está presente, ella prefiere estar con él que escribir n'importe quoi aquí.

No es el corazón en el diafragma, tampoco el estómago en la boca -bueno, quizás un poco, me duele el estómago- ya que ni es dolor, ni pena, ni tristeza, ni molestia. ¿Angustia? No lo sé. Quizás estoy tan aburrida que creo sentirme así e invento nuevas sensaciones.

Camaleón ha vivido tanto, ella no ha vivido nada. Camaleón está a punto de terminar la universidad, ella nisiquiera la comienza. Camaleón tiene experiencia, ella no la tiene. Camaleón es más cuerdo, ella es una sin sentido. Camaleón es responsable, ella ni sabe qué significa exactamente eso. Camaleón sabe lo que quiere, ella tiene un camino roto. Camaleón es decidido y seguro, ella es indecisa y no para de hablar. Camaleón la comprende, ella ni se entiende a sí misma. Camaleón es adulto, ella es una adolescente. Camaleón ha hecho muchas cosas que ella no ha hecho. Para Camaleón, ella es la última. Para ella, Camaleón es el primero y el último.

Mi mamá siempre me dice: "Lo que no fue de tu año, no te hace daño." Puede que tenga razón -sí, siempre la tiene- pero, no me hara daño, pero me incomoda, angustia, duele (en verdad no sé, es una sensación inventada la que siento) que él haya vivido y yo nada aún. Y el no solo ha vivido, el ha vivido más de lo normal. Y esa es una de las cosas que más adoro de él.

Camaleón a los 19 años ya trabajaba como digno joven creyendo que va a vivir para siempre. Camaleón ha perdido la inocencia muchas veces. Camaleón ha amado. Camaleón ya ha perdido a alguien. Camaleón ha visto cosas muy crudas y se ha aprovechado de ello. Camaleón ha hecho locuras. Camaleón ya vivió bonito antes. Camaleón ha pasado por cosas duras.Camaleón ha hecho cosas grandes. Camaleón es tan él por todo eso.

Pero, quizás, lo que me incomoda es que todo eso lo haya vivido sin mi, o con otra persona. Yo tengo un problema muy grande, que lo voy superando poco a poco. Soy celosa del pasado. Es algo muy estúpido, porque no puedo cambiar el pasado y si lo cambiaría, él no sería como es actualmente. Cada detalle por mas mínimo que sea del pasado, es lo que ha hecho que él sea tan él, como es ahora. Pero yo no quiero besar ninguna cicatriz, no quiero que me quede ningún miedo del pasado. Quizás lo que me angustia, incomoda o duele, es que todo eso lo haya vivido sin mi y con otras personas, pero él, claro, se va a dar el lujo y placer de vivir todos esos años de mi juventud. Es eso, es eso. Yo sé que no sé muchas cosas, que ni es necesario contarlas porque ... ¿para qué? Si simplemente el es así y lo amo así como es el actualmente. Para que enterarme del pasado, si yo vivo en el presente y el presente es lo mejor. El ha pisado mi presente. Pero, bueno ... yo, la más conchuda, me quejo de todo eso, cuando yo también he pasado por ciertas cosas, que nisiquiera iban con mi edad, me adelanté mucho, quizás demasiado. Así, igual de conchuda, como le reproche hoy de ver películas XXX cuando yo practicamente sería considerada como una 'enferma' y adelantada por muchas de mis amigas.

LGG se enamoró de verdad a los doce años. LGG, aunque lo niegue y no lo acepte nunca, llego a amar empedernidamente y a ojos cerrados. LGG se proyectó, planeó y mucho más, su vida con alguien. LGG fue romántica, tan romántica que sentía las mismísimas mariposas en el estómago. LGG ha llorado de puro amor y felicidad. LGG llego a crear un amor tan sólido que superó la distancia y tiempo. LGG también enamoraba, sin estar enamorada cuando no era muy madura. LGG fue infiel de pensamiento antes. LGG rompió muchos corazones. LGG fue muy pendeja a veces. LGG era coqueta por excelencia. A LGG se le fue toda la inocencia a los 12 años, LGG a los 12 años ya parecía de 16. LGG se dió cuenta que, lo de color rosa, no duraba para siempre.

Sí, yo me adelanté mucho, demasiado diría yo. Pero de no haberme adelantado en ese entonces, no sería lo que soy ahora. Todo se adelanta, incluyendo este momento. No tengo edad, como dice Camaleón. Nunca le he tenido. Y el hecho de adelantarse, no lo digo por los actos, que es lo que piensan muchos. Muchos piensan que por fumar a los 11, ya son más maduros que otros. Pero "adelantarse" es madurar más rápido, quemar etapas, sentir sentimientos y sensaciones que lo sienten personas más maduras o mayores que tú. Y eso me pasó a mi. Todo se corrió de tiempo. Todo pasó porque tenía que pasar.

Todo fue como un entrenamiento para ambos, como si la casualidad de nuestras vidas nos estuviera esperando. Todo pasó para que seamos como somos, nosotros tan nosotros, y nos amemos tanto por lo que somos. Quizás duela recordar el pasado, pero ni lo miremos, porque gracias a ese pasado, tu me amas como me amas y yo te amo como te amo. Nosotros después de lo que hemos vivido, sea poco, sea mucho, llegamos a las mismas conclusiones, nos estabamos buscando sin conocernos. Nos estabamos esperándo sin saber a quién esperabamos. No queríamos un amor civilizado. Y así empezó todo, nos conocimos de una manera incivilizada. Odiamos lo cliché y lo cursi. Nos limitamos a jugar con pronombres para decirnos que nos amamos. Tú tan yo, y yo tan tú. Tu me entiendes, yo te entiendo. Pero yo me limité a creer lo más cursi del mundo porque lo veía en carne propia: si existen las almas gemelas. Tú eres mi otro yo, tu piensas como yo y a la vez eres tan tú y me desarmas.

Duele pensar que cada cosa que pasaste, la viviste sin mi, pero a la vez admiro tanto cómo eres gracias a ese pasado. Tan valiente, tan atrevido, tan bueno, tan dedicado, tan inteligente, tan sensible, tan humano, tan tú. Amo que hayas vivido todo lo que has vivido. Me encanta, me fascina. Es un placer leerte, mi estimado. Es una delicida escucharte. Porque yo te idolatro tanto. Porque aunque hayas vivido más que yo, hablarte y escucharte es como si estuviese conmigo misma. No son necesarias las preguntas, pero cuando las hacemos, simplemente es por el placer de escuchar una vez más, una razon más de por qué nos amamos tanto.

La relación de LGG y Camaleón no es normal. De principio a fin nunca ha sido normal. Así como ellos, raros, no comunes, tan ellos. ¿Ellos se lo buscaban? No, simplemente a veces ellos mismos, tan ateos, se cuestionan si con casualidades como esas, no existe un dios. Ellos no celebran sus aniversarios, ni cumpleaños, ni 14 de febreros. Ellos no buscan que uno este detrás del otro. Ellos no quieren esperarse con la cena servida. Ellos detestan la costumbre. Los días ya no son días cuando están juntos, los días son ellos mismos.

Desde que estoy con Camaleón me han pasado cosas inexplicables. Un piano en el centro, flores amarillas, flores violetas, un cuarto lleno de post it's, nubes rosadas, trenes en plena madrugada, pero lo más inexplicable es este sentimiento que siento por él. Que me hace sentir, que me hace escribir, que me dio un libro en blanco para que lo llene y cuente sobre mi y sobre nosotros. Porque nuestra historia no es para que la lean, es para que la sientan.

El cielo ya está turquesa, mis ojos siguen bien abiertos. Simplemente miró por la ventana y me lo imagino durmiendo en sus sábanas de ositos que tanto pedía.

Mientras tu duermes, tan tú, yo escribo sobre ti. Nada nuevo, nada bueno -porque tu ya todo lo sabes-, simplemente lo que me salga del corazón. Ni sé si es muy cursi, ni sé si es muy frío. Solo sé que una entrada no alcanza para decirte todo lo que significas para mi. No hay entrada que no te nombre, porque estás en mi mente cada segundo que pasa. Te has adentrado, te has profundizado, me has hecho tuya. Nunca imaginé que iba a encontrar a alguien como tú. Pero tenía que encontrarte de la manera mas incivilizada. No creo en dios para agradecerle que te aparezcas ahí esa noche. Pero mis gracias a ti son infinitas por abrirte conmigo como no lo hiciste con nadie. Por depositar tu confianza en mi, por saber que no te fallaré y no te desilusionaré. Por confiar en que yo doy más y darme las oportunidades de mi vida. Por hacerme vivir más de lo normal así como tú lo hiciste.

Yo simplemente, te doy mis 17 años y ese compromiso y entrega que te dije cuando eramos amigos, pero en el fondo, ya babeaba por ti, porque ya te había imaginado, ya te estaba esperando. Estaba enamorada de ti sin conocerte, desde antes del 27. Solo que el 27, apareciste tú y despertasté mis sentimientos dormidos y escondidos. Y desde ahí cambiaste mi vida.

Gracias por ser tan tú, por desarmarme y armarme. Gracias por amarme y por dejar que te ame.

Gracias por abrir tu ventana, que desde el 27 empezó a lanzar piedritas.

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