viernes, 8 de abril de 2011

Despiértame, por favor

L: ...¿Y cuando tenga una pesadilla, te puedo despertar?
A: Claro, mi amor. Me despiertas y te abrazo.

No comenzaré por mi orgullo diciendo que yo no soy de escribir cosas sentimentales o cursis. Como dice el slogan de mi blog "yo escribo porque siento". Ahora siento, ahora escribo. Leo una y otra vez ese pequeño diálogo que tuvimos los dos hoy en la noche mientras quedaba dormida poquito a poquito y veo borroso todo porque la lágrima se me va acumulando. Qué bonita respuesta, un abrazo. Un abrazo siempre lo arregla todo, siempre le digo. Como siempre, él dice la respuesta correcta, aunque no haya una respuesta mala o buena para mis preguntas banales. Es que él es así, siempre está en lo correcto, siempre tan imperfectamente perfecto.

Para ser sincera, no hay mejor tema de qué hablar, no hay mejor tema de qué escribir, qué escribir sobre ÉL. No, con "él" no me refiero a dios, sino a él, A. Como me dijo una amiga de mi universidad: el amor es admiración. Cuando me dijo eso, tuve clarísimo en ese instante, con certificado y todo que lo que yo siento es más que amor y es la primera vez que me siento así, porque admiración es lo que siento y mucho más. Hoy él me dijo "en verdad yo si te amo", yo me quedé en el vacío, no es una carrera de palabras el amor, pero si tan solo supiera cómo hablo de él en otros lados, con los ojos brillantes, con la sonrisa del milenio, agarrándome el cabello de esa manera tan enamorada, caminando como si estuviese en las nubes. Tanto lo amo, tanto "más que amar", que para mi, cuando estoy con él, siento ya nada es imposible, que me siento en esa capacidad de soñar, de proyectarme, de sentirme tan humana, de un optimismo casi ilógico y no es por mi, no es por un disque orgullo que él llama que hasta ahora no entiendo, sino por él, porque yo sé que él es feliz conmigo y que finalmente abre la ventana conmigo y yo no permitiré que el cierre la ventana por tratar de llegar a la salida fácil, que es huyendo y rindiéndose, nunca nada es suficiente para arreglar los problemas, pero tampoco nada es imposible, si es así en la regla de la vida, ¿por qué no lo sería para nosotros? Los malos momentos son incapaces de reemplazar todos los buenos momentos que hemos vivido. Todo es imposible para lo malo. Nada es imposible para las cosas buenas. Eso depende de nosotros.

Yo, la chica hecha jirones, escribe tratándo de coserse desesperadamente, porque se dio cuenta que mientras más se tarda en corserse a si misma, lo hace jirones a él y el no puede estar así, el se merece lo mejor, el merece soñar, ilusionarse, proyectarse, no creer lo contrario por problemas pasajeros que suceden por mi cabeza. Así como estos problemas, habrán más, peores, no tan peores, menores, pero por eso, tenemos que demostrar que para nosotros nada es imposible y no destruirnos a nosotros mismos buscando quién es el culpable, así, nosotros mismos saldremos perdiendo en nuestra propia batalla. Si nuestra relación parece de años en muchos aspectos, ¿por qué en este aspecto no puede parecer así? Tu dice que uno se hace fuerte cuando se decepciona, pero yo te digo que los dos nos hacemos fuertes cuando nos amamos. Y amarnos significa luchar por lo nuestro, así nos tengamos que contradecir a nosotros mismos, así tengamos que vivir por cosas buenas o por cosas malas, el amor supera cada una de esas cosas, nuestro amor.

Se que habrán habido palabras hirientes tanto para mi, como para ti, pero como dije hace unas lineas, esta batalla no es tu versus yo, sino nosotros versus las dificultades. Nosotros siempre nos hemos salido con la nuestra, y ¿por qué sería esta una excepción? Hagamos que estos malos ratos se vuelvan en buenos ratos, que salgamos con pólvora en la boca y que nos burlemos de cada dificultad o bajón que hayamos tenido. Las heridas quedan por el pasado, por tu pasado, mi pasado, nuestro pasado, pero ¿tenemos que darle tanto espacio a las cosas malas? El amor es procreador, es la capacidad crear, creamos nuestro mundo, hay que mantenerlo, hay que crear esos momentos inolvidables y bonitos, hay que crear para desterrar otros y sabemos muy bien que lo mejor es enfrentar las cosas y no darse jamás por vencidos, porque no hay resultados inmediatos, los resultados serán de a pocos, que cuando todo este bien, ya ni nos daremos cuenta. El resultado será que hemos olvidado. Si nos forzamos a estar bien todo el tiempo cuando sabemos que aún hay heridas abiertas o mejor dicho, en proceso de cicatrizar, las cosas podrían empeorar, porque ahí solo se ven las ganas de estar simplemente bien momentáneamente y no pensar en el futuro.

El amor es de a poquitos para disfrutarlo, lo bueno es de a poquitos, lo malo en proceso de convertirse a bueno, también. Nos desesperaremos, nos hartaremos a momentos, habrán disparos, pero al final nos damos cuenta que estamos perdiendo la batalla porque luchamos contra nosotros mismos y no contra las dificultades que nos acechan. Y si buscamos el perdón del uno al otro eternamente, también viviremos en ese eterno resentimiento. El perdón es silencioso no es para sacarlo en cara, uno perdona silenciosamente, uno va olvidando. Yo iré olvidando esas palabras que me dolieron hoy, que por más que me dijiste que no hay nada que me deba doler, esa frase también me dolio, porque tú sabes muy bien, que no se pueden forzar las cosas, que tanto tú como yo vamos aprendiendo, que aquí nadie es el culpable o el torpe, los dos somos uno, los dos lo arreglaremos.

Puede que mañana se nos presente otro problema, puede que la próxima semana, puede que sea un mes o en años. Pueden ser peores o más pequeños, pero lo importante es que nuestro amor es mucho más fuerte que todos esos malos ratos que podemos convertirlos en victorias ganadas y en experiencia y cada vez hacernos más fuertes para enfrentarnos al futuro. Porque tanto tú como yo sabemos que estaremos haciendo y dónde en 7 años. Porque amores como el nuestro son imposibles de encontrar y nosotros somos los protagonistas. Porque tu me coses, yo te coso, despiértame de esta pesadilla y hay que convertirla en el sueño mas hermoso de nuestros vidas.

Verdad es, ya estoy en ese sueño, tú eres mi sueño hecho realidad, tu eres la verdad y el deseo juntos. Yo no te amo, yo siento mucho más por ti.

lunes, 4 de abril de 2011

Explosión

Cuando me vuelvo mala, escucho esta canción. Oh si (como dije una vez en Francia con la cabeza hecha trizas para los que me oyeron).



No más, prefiero leer a Paulo Coehlo y libros de autoayuda antes que leer mierda. No son celos, son disparos de contradicciones.

Vargas Llosa nunca tuvo blog en su juventud-temprana adultez. Patricia nunca tuvo que leer cojudeces de gente sin dignidad.

No se tomen la molestia de entenderme, ni tampoco de leerme. Ignoren este post, esta cuasi explosión.

domingo, 3 de abril de 2011

Decadencia del Imperio ególatra

Un "algo" de una cuasi ex-narcicista para los narcicistas. Pronto, algún día, un día.

Un día voy a ser otra distinta,
voy a hacer cosas que no hice jamás.
No va a importarme lo que otros me digan
ni va a importarme si resultará.

Voy a viajar, voy a bailar.
bailar, bailar, quiero bailar.
Voy a vivir en el medio del campo y
a las mañanas me he de desnudar
para ordenar, cuando será.

Un día voy a hacer todo distinto
voy a arreglar las ventanas de atrás.
Voy a cantar las canciones sin letra
y cada uno podrá imaginar:
Si hablo de amor o desilusión para alegrar ,
Si hablo de voz o de color,
Si hablo de música, nuestra pasión.



Éxodo y Génesis

Odio desaparecer. No tiendo a desaparecer, tampoco digo que lo he hecho. Quizás abandoné este espacio por exactamente un mes. Digo "quizás" porque no se que nombre ponerle a lo hice este mes. Y si, coincidentemente un mes exactamente deje el blog tal cual, intacto. Y no es que haya querido dejarlo, simplemente fue derrepente.

Justo este mes en el que pasan tantas cosas, mucho que contar, tanto por escribir, abandono por completo el blog, abandono el vicio exquisito del teclado y pierdo mis lentes.

Lo abandoné en ese lapso de la gran espera, la más excitante víspera, más excitada que un niño en Nochebuena 5 minutos antes de Navidad. Comencé desde 0, desde -1. Podía elegir quien quería ser, podía elegir todo, amistades, vida, qué hacer o no hacer, pero elegí ser lo que en noviembre comencé, un camino sin saber a donde me dirijo, pero con esas ganas interminables de jamás abandonar o desaparecer.

Ahora que tecleo nuevamente -como siempre, sin dirección alguna, sin borradores- acabo de hacer una comparación mental del mes de marzo con dos libros del Pentateuco: Génesis y Éxodo.

Aunque extrañamanete, tendría que decir que invierto el orden en mi caso. Alegre, excitada, busqué salir, safarme, escapar de mi realidad burbuja. Quizás escapé de manera muy radical y me convertí en una simple espectadora. Decidí que ese estilo de vida no es mío, en verdad, ¿tengo, a caso, estilo de vida? Ignoren mis dudas existenciales.

Quizás mis amigos inolvidables del colegio se dieron cuenta de ese escape, de ese sentimiento de cuasi extranjera que emanaba cada vez que hablaba con ellos. Ahora que me siento a teclear, los recuerdo con muchísima nostalgia y cariño. Siempre supe que ellos iban a ser esos amigos de toda la vida, y ahora con mucha más razón me siento más segura de ello, solo que ahora vivo ese instante en que acepto ese hecho.

Pero dejando de lado mis nostalgia escolar -más bien, de amistades, porque poco extraño el colegio y mucho menos ese estilo de vida donde jamás distinguí lo complicado de lo simple- entro a una vida donde todo depende de uno mismo, donde todos nos convertimos en yo-yo. Escapé sin olvidarme nada mío, nada de mí. Escapé con las maletas llenas, con la cabeza rebalsando de dudas, expectativas y ansias. Escapé completa y por completar. Fue el gran escape, fue el éxodo. Dejé todo esa vida desterrada, me senté con el público, con un un pioner en la mano, con un resaltador, maleta de colores, cajetilla compartida y delineador en los ojos. Esa soy yo, la que siempre fui, soy y seré. Comencé mi vida universitaria, sin ninguna regla que me restrinja ser tal cual como yo fisico y mentalmente.

Energía del punto cero.


"Toda materia no es más que una modificación del vacío."


Resignada al haber jalado todos los introductorios, mis esperanzas y mi emoción para el gran día estaban en decadencia. Recuerdo haber estado con A. de regreso a casa en el carro. Me dijo en broma que el lunes comenzaría mis clases con la gente huevera. Yo le repetía eso a cada rato ya con las esperanzas casi nulas, pero, él, claro, tenía que rematarla. Lo miré con dolor y el se dio cuenta inmediatamente y se disculpó. Bueno, no era su culpa, esa idea ya esaba impregnada en mi cabeza. ¿A caso comenzaba con el pie izquierdo, por decirlo así?

Un día antes, como una niña emocionada para su primer día de clases primarioso, puse mis cosas en mi cartera dejando todo listo. Sentía esas ganas de poner más cosas, tan precavida, sin preocupación alguna. El sentimiento de "ay, cachimba tonta" me retenía por segundos, pero la ilusión era aún más grande. Tan emocionada estaba, que dormí temprano. Milagro.

Al día siguiente me levanté antes de las 6 sin que nadie me avise. Me cambié, me maquillé rapidamente. Mientras me miraba en el espejo de mi velador frente a mi cama, me perfumaba todo el cuerpo en exceso como de costumbre.
-¿Sabes con quienes vas a estar desde ahora, verdad?- dijo mi mamá apareciendo a mi costado viendo como su hija ya no se arreglaba la corbata del uniforme, sino el maquillaje para la universidad.
-Con toda la gente estúpida que jaló ...- dije yo hasta que ella nuevamente me cortó.
-No, hija. ¿Cómo crees que ha ingresado todo esa gente?- me dijo ella mirándome extrañada por lo que decía.
-¿ITS?- dije yo con cara de "sí, somos estúpidos, acéptalo".
-Exactamente, todos esos chicos han sido al igual que tú, los mejores en sus respectivos colegios. Tú ya no eres la única aquí, la compentencia ya sera un exceso desde ahora. Es la Católica, hija, recuérdalo. No son esas otras universidad particulares.

Me quede sin respiración. Sonreí maliciosamente y también emocionada. Competencia, emoción, esfuerzo, difícil: eso si que sonaba a lo que verdaderamente es vida. Después de todo, ella tenía razón, no cualquier universidad, tanto los que habíamos ingresado directamente, como los de examen de admisión, nos hemos roto el lomo para ingresar a la mejor universidad del país.

Mientras estaba en el carro con mi papá, recordaba mi primer post en este blog: "En unos meses pisaré la PUCP no como escolar para visitas guiadas o para ir a charlas vocacionales, sino como una alumna". Recordé también mis ansias de ingresar a esta universidad desde que tengo memoria y que mientras mas crecía y aprendía, mas me aseguraba en mi posición y en mi decisión de estar en la PUCP a penas salga del colegio. Después de haber cumplido cada cosa que quería en el colegio, donde todo era simple, cumplí hasta mi más deseado sueño: estar en la PUCP. Si logré todo lo que me proponía a mis cortos 17 años, ¿por qué no seguir haciéndolo? No soy Paulo Coehlo, pero en verdad, todo se logra cuando verdaderamente lo quieres lograr against the odds.

Punto cero. Ingresé a la PUCP enseñando mi carnet de admitidos, tapando mi foto por agarrarlo firmemente y no hacer ninguna torpeza como que se me caiga el carnet y los de seguridad me dijeron duramente que muestre mi foto. Mientras caminaba por el Tontódromo, comprendía por qué se llamaba así: más aún si caminas a las 6:45 a.m con la universidad vacía aún, creo que no hay excepción, pero absolutamente todos los estudiantes de la universidad habrán filosofeado sobre su vida en ese trayecto, dudas existenciales y/o soñado alguna vez en su vida ahí.

Meditaba. Puedo elegir todo desde ahora. Puede elegir ser una chica hiperactiva o una introvertida. Puedo elegir tener la apariencia de la chancona desde hoy, o de la chonguera amiga de todos. Puedo elegir con quien juntarme o excluirme y dedicarme solo a mi misma. Nadie me conoce, nadie sabe mi pasado, nadie sabe quien soy. Puedo mentir, puedo decir la verdad, puedo exagerar. Después de que yo misma me impresione por las infinidades de opciones que uno puede escoger cuando uno comienza una nueva vida, elegí: elegí la mejor opción de todas, ser más yo que nunca. Una de las grandes razones de las que por cual ingresé a la PUCP, fue porque me parece un pequeño universo tan diverso. Me encanta la diversidad, me encanta ser tan yo y encontrar a esos otros que sean tan ellos, influenciados por la sociedad, colegio, familia, etc. pero tan esponjas como yo, que sin saber o sabiendo, se les avecina el gran cambio, ese cambio de ideas o profundización de ideas, pero con la diferencia que ahora podrían tener un fundamento. He ahí donde se inicía lo que yo llamaría arte: gente diversa, gente con diferentes ideas, estilos de vida y diferentes porques; pero listos para defender sus creencias o para mejorarlas con otras.

Al final, puedes elegir todo lo que quieras, puedes ser un camaleón, pero en esencia eres el mismo. El gran cambio, después de todo no es un GRAN cambio. Al contrario, pones tu esencia en un campo de batalla y te sumerges más en ella.

El primer día ví en mi primera clase lo que quería ver: yo, de un colegio ex-pituco y ahora de todas las sangres; otras chicas de colegios como el mío, chicas de colegios de sector A, chicos del los mejores colegios del país (refiriéndome en educación), chicas de colegios particulares desconocidos, chicos de colegios estatales, chicos de colegios "pitucos" pero tan sencillos que cuando los veías nisiquiera podías deducir de qué colegio venían, chicos totalmente clasistas provenientes de colegios religiosos de un solo sexo, chicos que se querían escapar de su burbuja urgentemente camuflándose entre todos, chicas que querían parecer de colegios "bien" cuando provenían de los colegios particulares desconocidos, chicos que era la enécima vez que intentaban ingresar y la hicieron y ya habían perdido por completo su identidad escolar, entre tantos más.

A algunos los veía tan ensimismados con sus parecidos, otros camuflados (por ejemplo, yo), pero lo gracioso era que en unas semanas o en el peor de los casos, para el segundo ciclo, todos estarían mezclados con todos y leones, llamas, serpientes, osos y gallitos de las rocas comerán del mismo plato de chanfainita.

No voy a negar que hice amigos más rápido de lo que pensé. Digo con orgullo que cada día que voy ahí, más alla de las clases, aprendo demasiado. Tampoco negaré que he conocido a gente que vale la pena mantenerlas para toda la vida con tan solo haberlas conocido tres semanas. Ese tipo de gente que jamás creía que conocería pero en mi subconsciente estaba presente el deseo de que algun día encontraría a gente así y que ellos se sentirían en las mismas condiciones.

Génesis, renacimiento, ratificación. Comienzo desde 0 pero soy yo misma, y más yo que nunca. Esto recien empieza, y soy un libro abierto, una esponja dispuesta a aprender todo, pero a defender las cosas que vagamente pienso que son correctas, porque en el fondo para mi, no hay una verdad absoluta con tanta diversidad.

El verdadero show comienza, la verdadera batalla comienza, la vida inicia, MI vida. Ahora más que nunca hay que caminar sin parar y decir para mi misma sin titubear "Carpe diem".