miércoles, 18 de mayo de 2011

¡No te caigas, araña!


Infinidades de signficados. Interminables metáfores quizás, pero para mí, muchos recuerdos. Observaba la plantilla de mi blog -que me parece inmodificable- y me dije a mi misma cómo se me ocurrió poner la imagen de la cabecera de mi blog. Este blog es como mi casa, mi hogar interno y lo primero que veo en mi casa cuando entro, es como si entrara a un pequeño cuarto del palacio de Versalles (una versión mucho más minimalista, porsupuesto) y lo que llama la atención para los ojos de todos: dos arañas gigantescas, que si es noche, son las que dan un aspecto totalmente burgués a mi casa y cualquier invitado se puede llenar de prejuicios en su cabeza hacia mi o a mi familia.

Esas arañas son símbolos de cumpleaños, reuniones, fiestas, risas, bailes, fotos, picadez y un recuerdo muy peculiar que siempre anda rondando por mi cabeza: el terremoto del 2007, cuando bajaba para salir a la calle veía a las arañas moviéndose de un lado a otro, a punto de caerse y mi padre tratando de sostenerlas.

No se preocupen, siguen ahí, intactas. Testigos de muchos recuerdos adolescentes y juveniles de generaciones de mi familia y su labor de espectadoras, aún no termina.

Entro a mi casa, lo primero que veo ¡Una araña!. Veo el blog, lo primero que veo ¡Una araña! ¿Familiar? ¿Coincidencia? No, casa. Ojalá que esta araña virtual jamás se caiga y sea resistente a cualquier desastre natural.

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