domingo, 4 de septiembre de 2011

Vuelo 17

Pasajeros en trance, en tránsito perfecto.

No me atrevo a citar a Charly diciendo que un amor real es como dormir y estar despierto, pero si me atrevo a decir que a veces uno prefiere quedarse despierto porque la realidad es más placentera que el mismo sueño. Es ahí cuando uno se da cuenta que las cosas van "mal"...

El Vuelo 17 despegó hace ya casi tres semanas y al tener fallas técnicas, aterrizó abruptamente en algún lugar desconocido sin dejar heridos. Solo habían dos pasajeros y ambos se quedaron en medio de la nada, buscando -por separado- algún avión de rescate. Ninguno de los dos encuentra ese avión de rescate. A veces, las cosas no resultan cuando una pareja se separa cuando se pierde -al mismo estilo de Rosario Ponce y Ciro Castillo, dicen- y las cosas resultan mucho peor. Uno regresa y uno se queda varado por ahí o quizás, los dos se quedan dando vueltas en círculos, a veces encontrándose inmutados.

A veces, solo a veces, presiento que no ha sido un aterrizaje por fallas técnicas. A veces, solo a veces, pienso que estamos haciendo una escala, quizás sea solo esta, quizás sean muchas. Pero, mi gran pregunta es...¿cuál es nuestro destino? ¿Será un viaje sin retorno? ¿Hay fecha de regreso? ¿El viaje acabará?

Pero no, no. No hay que estar dando vueltas por lo que aun ni se sabe. Quizás estemos dando vueltas en un aeropuerto buscando una puerta de embarque para seguir el viaje. Quizás estemos en ese lugar desconocido buscando un avión que nos rescate. No lo sé. Pero, a mi siempre me han gustado -y también he odiado- los aeropuertos. Si cruzas, viajante, tu viaje acabará. Metáforas everywhere...

No nos pidan regresar, será el tiempo el que decida nuestro lugar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario