domingo, 4 de septiembre de 2011

Furcialidades

Elijo ser completamente consciente. Lollipop.

Una confesión que no es un secreto: una de las cosas que más he odiado en mi vida es el machismo aceptado y no aceptado tan tangible en los hombres. De poner todo el ego en un pedazo de carne que no pasa en promedio los 20 cm., de tener a una mujer como un triunfo cuando le dan vuelta, de no saber cómo tratar a una mujer en el acto sexual, del pensamiento retrógada de forzar a un orgasmo a la mujer por ese pedazo de carne, de olvidarse que el sexo es un juego y más alla de eso, hacer el amor; de esa caballerismo disfrazado; de esa cautela y celos disfrazados; de ser el rey de la manada; de lo qué es ser macho y no ser macho; de no saber hacer un buen sexo oral a la mujer; de no saber complacer a una mujer; de intimidarse cuando una mujer deja de lado el hecho de ser conservadora y se convierte en una exploradora de sí misma; de darle preferencias a las mujeres en trabajos y en cada lugar público para demostrar caballerosidad y las que caen se convierten en un buen polvo; de la falta de putos en las esquinas; de la falta de buenos padres que se queden en las casas; de las burlas excesivas a los maricones; del espanto al lesbianismo; de cuando un padre tiene a una hija mujer y la trata como la princesa; de la sobreprotección a la hija mujer; de ver a una mujer con escote y maquillada y tildarla de puta; de cuando la mujer se aferra a la ilusa idea del matrimonio sola; de los padres cuando tienen hijos varones y son sus cachorros; de los hombres que no aman a sus mujeres; de los hombres que maltratan físicamente y psicológicamente a sus mujeres; de los colegios solo para hombres y solo para mujeres donde los niños salen brutos; de cuando los hombres en su adolescencia se autopresionan para debutar y ser verdaderos hombres; de tildar a una mujer de puta, cuando si un hombre a veces es más puta que la misma mujer (producto del machismo); de las incoherencias que hay y que existirán a lo largo del tiempo. De la falta de equidad de género.

Si bien, muchas de esas características son parte del mismo instinto animal del macho (dícese del ser vivo que tiene el sexo masculino), pues también hay que tener en cuenta, que esa excusa, ya muy prostituida y tocada, ya a veces no es muy buen argumento en una discusión sexista. Los seres vivos poseemos de la razón y bueno, también somos una especie en un proceso constante de evolución. Es imposible decir que en algún lugar del globo ya no este presente en lo absoluto el machismo, pero si se puede decir que en ciertos lugares está más presentes que en otros. Seré la primera en tirar una piedra para confesar que quizás mis actitudes inconscientemente ya están prederteminadas con cierto machismo por esta sociedad cucufata, pero para eso tengo esta cabecita y a pesar que mi papá me vea como su princesita, o que algún enamorado celoso me diga que se molesta cuando uso ropa escotada, yo igual sigo en esa batalla constante de la equidad de géneros.

Saquen colmillito, chicas. Dejen de ser las princesitas y Hello Kitties, elijan ser completamente conscientes. Comprendo que un levantamiento en esta sociedad tan conservadora cuesta, pero si nosotras no cambiamos primero, los movimientos feminitas no lo harán por todas. Sean empalagosamente femeninas a su manera (esto no quiere decir que se pongan de rosado y cosas así). Rompan los esquemas entre lo que es o no es femenino, (¿quién carajo ha impuesto esas reglas?) Salgán del closet las que tengan que hacerlo. Si su enamorado no las complace sexualmente, no se aferren a él, no creen una relación patológica y si es que el carro no funciona, cambiénlo. Si quieren ponerse una minifalda, salgan a la calle y que las palabras de sus padres entren por un oído y salgan por el otro. Si seguimos poniendo en un altar esa coquetería femenina, pues aumentamos más la intención a la violencia femenina. Si un hombre les alza la mano o les habla como se les da la gana, pues castrénlo con palabras. Si su enamorado es celoso, pues que primero se quiera a si mismo y sea más seguro. ¿Qué el instinto sexual solo es de los hombres? ¿Quién ha dicho que las mujeres no poseen de esa misma lujuria? Explórense, no se repriman y al hombre que busque hacerlo, dense cuenta que es aun un cavernícola y no las considera como se debe. ¿Qué los hombres se aprovechan de las mujeres? ¿Y quién ha dicho que las mujeres no se pueden aprovechar de los hombres? Y bueno, para dejar de lado las faltas de respeto, cuando el aprovechamiento y la satisfacción es mutua (sin sentimientos de por medio) no hay heridos en la matanza.

No pidan tolerancia, no pidan caballerosidad, tan solo pidan respeto y reconocimiento. Hagamos algo que nos distinga, verdaderamente, de los animales, de los seres vivos que no usan la razón.

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