sábado, 5 de febrero de 2011

En la palma de tu mano



¡Qué tales recuerdos con esa canción! 2005, terminando la primaria recien. Pero por algún motivo me gustaba mucho la canción y a la vez identificada con la letra muy anticipadamente (no toda obviamente). Hoy, él me dijo que haga algo, y no fue que estudie. Sino que piense. Ya no quiero hacerme más jirones de los que ya me hice. Él me dice, casi enojado, que estoy equivocada, pero cuando lo dice y sus fundamentos, alimentan más mis ideas (que ya había aceptado que eran erróneas) y me hacen más jirones. Parece que quieres cerrar la ventana tú, mi estimado. Pero cuando pareció accidentalmente que yo la había cerrado diciendo un monosílabo de dos palabras refiriendome en verdad a otra cosa, ahí sí que te cambió la voz. Se quebró algo. Tus palabras que eran como cuchillos lanzados por alguien ciego, se convirtieron a hojas de un árbol cayéndose en pleno otoño. En esos instantes solo tú te defendías en tu campo de batalla, a la defensiva. Cuando ya había aceptado que me había equivocado, tú mostraste ese carácter ego que quizás lo había previsto, nombrándolo con anticipación. Tan solo quiero que sepas que una de las cosas que más me gusta de ti, es que seas asi. Tan yo. Tan egos, pero cuando nos conocimos en vez de querernos tanto a nosotros mismos, nos dedicamos a algo mejor: a amarnos y demostrandolo cada día de diferentes maneras. Me pides a gritos mudos que algo malo suceda. Mejor dame el libreto en este drama. Pero seré una mala actriz, porque haré dos cosas que están fuera de tu libreto. Hacerte feliz y jamás dejarte. Está demás decirte que siempre te amaré. Más que eso.

Simplemente comeré pollo broaster ahora.

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