jueves, 17 de enero de 2013

Adentro

A los trece.
Era un verano más, pero no como cualquiera. En ese entonces Lola no existía y a nadie le importaba. Jugaba con fuego sin salir quemada. Nunca me gustaron los hechos convencionales. La playa, el mar, la arena y el cloro me fascinaban. Tenía miedo, pero a la vez no. Creo que el calor no era tan sofocante y paraba todo el día en el mar. Las islas estaban bastante lejos. Los sillones rojos. Las parrilladas que nunca me gustaron. La segunda vez que intenté fumar. La enredadera junto a la piscina, llena de flores fucsias. Algo que nadie volverá a repetir. Lo único y lo auténtico. El tiempo pasa tan rápido.

Corrección: Creo que siempre fui Lola, solo que me di cuenta recién mucho tiempo después.

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