martes, 13 de diciembre de 2011

¿Agua?

Agua y sed. Serio problema.

Yo ya no sufro de insomnio, ¿saben? Pero antes sí tenía problemas graves respecto a esa cojudez. Supuestamente el insomnio tiene tres fases: inicial (cuando no puedes conciliar el sueño), intermedio (cuando te despiertas seguido en una noche) y terminal (cuando te despiertas muy temprano). Lo bizarro en mí, era que yo no pasaba ni por la segunda ni tercera fase, porque simplemente me quedaba atascada en la primera y no dormía en días, semanas...pero cuando estaba en contacto con los otros seres humanos, tampoco estaba realmente despierta. Etapas bastante surreales de mi vida.

Sin embargo, últimamente me despierto a mitad de la noche. Y no es insomnio, porque duermo a la hora que se me da la reverenda gana y me despierto muy tarde. Pero generalmente, me despierto a las 2 de la mañana a causa de una pesadilla horrible, o sino me despierto a las 6 de la mañana y por tratar dormir de nuevo, el karma me la devuelve con otra pesadilla y me despierto a las 9 de la mañana.Cada vez se hacen más seguidas, más bizarras y estoy esperando romper esa tormentosa relación que comenzó hace unos días.

Personas dentro de una caja de cristal y yo lanzaba esa caja de cristal. Sentía como poco a poco se desintegraba esa persona. Un grito ahogado. Me volvía una genocida. O sino veía como otros se volvían asesinos cuando lanzaban cajas de cristal que contenían humanos.

Pero el peor sin duda alguna, fue el que tuve en dos horas después de haberme despertado a las 6 de la mañana con una llamada de un teléfono público. Creo que este ha sido uno de los sueños que más recordaré. Agua me dijo, no me preguntó, me dijo. ¿Quería agua tal vez? No, no. Hablaba y me reía hasta que de la nada sentí que alguien me tocaba la cabeza. Yo simplemente detesto que me toquen la cabeza y en general que alguien tenga contacto físico conmigo. Solo dijo "agua" mientras me miraba y me acariciaba el cabello y yo espantada me levantaba de la silla donde estaba sentada. Todos me miraban y yo corría. Me persiguió alguien y yo lloraba sin parar y muy molesta. Volví. Seguía ahí con esa cara de trágico. Quería pegarle, quería destrozarlo con mis manos. Gritaba hasta que me quedaba sin voz. Gritaba que no tenía derecho a estar en espacios que yo voy seguido. Ese espacio era mío, era un recuerdo mío. Solo mío. No era un espacio público, no estábamos en un lugar, estaba en un recuerdo mío, estaba en un sueño mío. ¿Qué hacía ahí? Inmutado me seguía viendo con esa cara que parece que se va derritiendo y nunca se termina de derretir. Voces que hablaban de mi reacción. Caras conocidas. Escuchaba murmureos de gente que planeaba sacarle la mierda por mí. Yo sentía que estaba en un hoyo y no se iba. Dejé de gritar porque la bulla de la gente hablando se hacía más grande. Y es ahí cuando estas sola en una multitud de gente, más sola que nunca. Es ahí cuando todo se empezó a desvanecer. Un último grito. Una última mirada, le pregunté más molesta que nunca sobre sus estúpidas analogías y qué quería decir con agua. Me miró, no dijo nada. Agua...

Y ahora estoy bebiendo de un bebedero en mi universidad de noche. Todo vacío. No hay esa multitud de gente que hay en la tardes, que le da un ambiente cálido, pero 9 de la noche en ese lugar, era simplemente hermoso. La soledad en lugares que suelen estar poblados es más placentera que la soledad de tu cuarto. El agua roza mis labios. Empiezo a tomar, estaba helada, esa temperatura que tanto me gusta.Llega un momento que ya no la tomo y simplemente dejo que choque con mi boca entreabierta para sentir la insipidez del agua con mi lengua. Ahora recuerdo, agua...

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