miércoles, 23 de mayo de 2012

¿Cuándo?


¿Qué es lo que pasa cuando quieres finalizar algo pero no sabes a ciencia cierta cuando comenzó? ¿Se puede finalizar? No lo sé, no lo sé. Y esas son las preguntas que rondan por mi cabeza desde hace varios días. Siempre que salgo de mi cuarto, mis cremas, maquillaje, desodorante, etc, los dejo sin tapa. La otra vez mientras me miraba al espejo antes de salir, me di cuenta de eso, ¿y es que así dejo todo a lo largo de mi vida? ¿Abierto? ¿Nunca cierro nada? Al final se termina secando y compro otro cuando el anterior aun este lleno, pero seco.

Hoy mientras me sacaban sangre para esperar un gran negativo a ese miedo que por primera vez lo experimenté a esa magnitud, me preguntaba cómo llegue a estar sentada en ese cuarto pequeño con una enfermera al frente mío preguntándome cuantos días tenía de retraso y sientiendo el pinchón de la aguja que hasta ahora me duele. Cómo llegue a estar con miedo mientras buscaban alguna arteria (o vena) para pinchar y extraerme la sangre, mientras él me miraba sin saber con certeza qué decir. Creo que él tampoco sabía cómo llegó ahí, pero a diferencia mía, el nunca sabe cómo llega a algún lado.

¿La estúpida ley de causa - efecto? Después de leer mucha filosofía, creo que le haré caso al viejo Nietzsche y dejar de lado al viejo Kant, para sentirme en cierta forma, "iluminada" por alguna solución a todo esto. Si es que todo fuera causa - efecto, la verdad es que a veces pienso o que todo lo que me sucede son causas, o son todos efectos. O quizás un simple círculo vicioso infinito. ¡Pero si somos seres finitos! ¿Por qué tendría que haber algo en nuestra vida que no le podríamos poner fin nosotros mismos? Total, nosotros somos los que ponemos el fin a nuestra vida cada día que pasamos. ¿Por qué no somos capaces? ¿Por qué no soy capaz?

Sacrificios. ¿Son necesarios? ¿Para alcanzar algo, tengo que dejar lo otro? Puede que al final, no haya sido un sacrificio lo realizado, y fue lo mejor para uno mismo. Entonces los sacrificios no existen y en realidad se trata de lo que, "instintivamente", uno escoge por su bien. ¿Hay margen de error entonces? ¿El arrepentimiento es una vana ilusión de nuestras mentes? ¿El sacrificio supone libertad? Por último, ¿qué es la libertad?

Mártires. Sobrevivientes. ¿No son a caso personas que dan la vida por los demás? Entonces, ¿cómo es posible que sobrevivan si dan la vida? Pues uno puede dar su vida en vida, y no tomarse la frase de una manera tan grecoromana. ¿Dar pedacitos de vida supone ser un mártir? Puede que haya un rompecabezas invisible en mí que se este construyendo. Puede que al final todos seamos mártires. ¿Ser mártir puede ser dar todo por sacar lo mejor de alguien, pero no disfrutarlo tu misma? En todo caso, ¿quién obliga al ser humano a estar en una situación de autodestrucción pasiva y lenta? ¿Ser mártir implica masoquismo? ¿Todos tenemos que ser mártires? Si todos lo somos, somos sobrevivientes, somos héroes. ¿Y eso lo sabe el resto? No es necesario el reconocimiento, pero siempre uno se queda con la escabrosa espina del deseo de la reciprocidad que a veces no llega.

Pensar y cuestionarme. No hay otra cosa que le dedique más tiempo que a esas dos acciones. Podría decirse que he abusado descaradamente de mis cualidades propias de ser humana, ser consciente. Pienso, pienso tanto que me hago nudos. Nudos que hacen que quiera retroceder a mis tiernos once años y volver a comenzar. Nudos que hacen que mis impulsos encerrados en mi mente, quieran hacer muchas cosas. Regresar, todo es regresar y volver a comenzar y tratar de averiguar cómo llegue a escribir todo esto. Luego en un estado más calmado, pienso en el por qué y le doy vueltas a todo el presente. Después de comerme las uñas o abrirme las puntas del cabello, pienso en el futuro, pero nunca llego a una conclusión. Tengo que deshacerme de algo, de algo mío, pero no sé cómo.

Dicen que somos fantasmas de un pasado mágico. Pues yo creo que soy fantasma de un pasado agridulce, a veces amargo, a veces insípido.

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