Hay un dúo que les quiero presentar. No sé si les caerán bien. Pero hay una cosa que deberían saber...son unos idiotas. Si pues, tenía que decirlo. Tienen tanto en común, pero a la vez nada. Pareciera que sus actos son sincronizados, pero ni se conocen. R no sabe que existe F y F no sabe que existe R. Pero, nuevamente -maldita sea- se parecen tanto. ¿A caso si se conocen y secretamente hacen sus planes maquiavélicos para que nos retorsamos en nuestras sillas? Producen unos sentimientos extremistas mortales (pero nada dolorosos, carita feliz).
Así se empieza. Muy bandida, pero siempre lady al estilo Edie Sedgwick.
F.
F es un chico virginal que destroza juguetonamente sin querer queriendo el ingenuo corazón de C. Es un virgen que ya no es cachimbo, que, extrañamente, no tiene cara de pajero. Nunca ha tenido una flaca, pero eso es algo difícil de creer, sin embargo, le creo. Este chico estancado en su periodo de lactancia, solo se limita a tener jueguitos con las damas peruvianas. No, juegos sexuales, no. Amiguitos con derecho, tampoco. Esos juegos de llamarse con esos apelativos cursis que hasta yo he caído.C diría que hasta su desayuno tiene más huevos que F (y eso que en la dieta matutina diaria de C no están presentes los huevos, imagínense). C conoció a F en una academia, pero no, no... ahí no pasó nada. C estuvo "casada" por casi 5 años y ahora es una divorciada algo despechada que aun tiene choques y fugas con su exesposo, al cual tanto "extraña". Desarrolló una extraña telaraña de dependencia que ni ella misma entiende bien. Tan enredada está esa telaraña que ni se distingue bien el inicio ni el fin. C necesita cerrar circulos, ella lo sabe, no lo hace. En fin, producto de su despecho accidentado, nació un sentimiento que no sé si bautizarlo de cuerdo... ni tampoco de inmaduro, pero más allá de ser ese simple chico que le gusta a una adolescente semi-adulta, es el símbolo de la independencia de C dejando atrás esa historia matrimonial. Aun recuerdo a C muy ebria (aunque ella diga que no lo estaba o solo un poquito) practicamente molesta conmigo en el bús diciéndome que quería volver a la fiesta para besarlo. Tuve que subir al bus arrastrando a C, mientras gritaba que quería besar a R. Felizmente no lo hizo. Hubiese sido mero despecho. Siempre me cruzo a F en la entrada de la universidad. Él siempre con una chompa, con el cabello castaño de costado y tan púber. Cruzamos miradas y no nos saludamos. Yo lo saludaría con una sonrisa amigable, pero el ni hace el intento. Él sabe que yo soy amiga de C, quizás por eso se arrocha. ¿Pero de qué se tiene que arrochar? Sospechoso, sospechoso. Creo que el funeral cómico de C está cerca...me preocupa -suelto una risa de niña de seis años-.
R.
R.
Al otro lado de la rotonda de letras, se encuentra otra historia cliché y cursi parte de esta comedia americana: R, tan miedoso, tan inseguro y tan impulsivo (e inmaduro) creando disyuntivas mortales en la cabeza de Lola. No es que Lola sea una perra, pero ahora sufre de ataques de sinceridad crónicos y bueno, tampoco es que haya perdido completamente el tino, pero ahora no tiene ni un pelo en la lengua y muy (demasiado) deshinibida. Lola dejó de ser Lola por medio año aproximádamente (sin embargo fueron seis meses para contar). Lola abandonó cuerpo y alma esos meses, y solo dejó un pedazo de carne femenina pudriéndose en la depresión y la locura. Pero ahora, Lola decidió luchar por esa pobre carita bonita y valioso cerebro que no podía abandonar así por qué sí. Lola decidió darse una oportunidad para ser... feliz. Con algunas recaídas y tambaleándose aún, llegó algo inesperado. Llegó algo que no debió llegar en su momento. ¿Pero quién dice que los sentimientos se hacen presentes en su momento? Lola decidió tratar de mutar en una tortuga. Hizo todo, pero todo el esfuerzo, pero bueno aún ni ella misma sabe si le salió. Lola conoció a R con un golpe en la espalda por un lápiz en su clase favorita. Lola a veces piensa que R es un pequeño genio y/o un diamante embruto. Le gustaría decirle eso, pero sabe que se le subirá la sangre a la cabeza. R es de esas personas que alardea con justificación. R es la persona que empalaga hablando de él, pero no es para odiarlo tampoco. R viene de una burbuja rosada llena de Hello Kitties y en ese pequeño inframundo de criaturas de todas las sangres, esa burbuja fue rota abruptamente. Una de esas criaturas con la que se topó fue Lola (que también venía del mundo de las Hello Kitties), la del delineador negro y escote en veranos. La que, a pesar de ser tan guapa, también era muy hábil, inteligente, observadora y crítica. Y lo mejor de todo: si R y Lola podrían tener un trío, sería con la música. Lo de Lola y R era inminente, como él le dijo esa noche (que es para contar) en donde R le devolvió la capacidad de suspirar y vivir un Teenage Dream al estilo Katy Perry. Lo extraño es que él y ella son tan distintos, pero a la vez se complementan muy bien, si cada uno está dispuesto a agregar esa pisquita que tienen ambos al otro.Ese ingrediente que le falta a uno, lo tiene el otro.
Así se termina. (No están muertas)
Me enganché desde la primera oración , EN verdad qué bien escribes Lola Barcelona ( bonito nombre). Quisiera saber más de esta historia , me parece tan real... bueeno éxitos y no dejes de escribir.
ResponderEliminar"Tuve que subir al bus arrastrando a C, mientras gritaba que quería besar a R." Chérie, cámbiale la letra, recién hoy me di cuenta del error. Qué días para más adolescentes, ya llega el verano. Alista los escotes.
ResponderEliminarHoy desperté, escribí un poco y luego...recordé esto. Leí acerca de ello y me reí. Me hizo bien.
ResponderEliminar"C estuvo "casada" por casi 5 años y ahora es una divorciada algo despechada que aun tiene choques y fugas con su exesposo, al cual tanto "extraña". Desarrolló una extraña telaraña de dependencia que ni ella misma entiende bien. Tan enredada está esa telaraña que ni se distingue bien el inicio ni el fin. C necesita cerrar circulos, ella lo sabe, no lo hace" Debí leer esta parte mil veces, en ese entonces, y ahora, también.