Me prometo a mi misma,
no permitir que tus ofensas hagan nido,
en mi alocado porvenir,
no te lo voy a permitir,
y no es por ti, si no por respeto a mi.
Estaré manca, seré muda, pero aunque sea torpe, mis piernas me quedan. Y no permitiré que me las corten, ni tampoco quedarme ciega. Carpe diem.
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