¡Ay Lola! ¿Te quedas sola? Tú te la buscaste, corazón. ¿Así que quieres vivir? Pues, haz abierto la ventana pero sigues con la cortina cerrada. Decidiste enamorar sin estar enamorada. Pero lo haces inconcientemente, tú sabes que los chicos -algunos- si los rozas con la mirada, ya todo es tu culpa. ¿Por qué lo haces? No lo sabes. Quemaste etapas y lo sabes. Nunca fuiste normal. Te sentiste muy rara al verte enamorada. Lo soportaste por algún tiempo, pero Lola no es Amélie Poulain, ni tampoco ninguna princesa de Disney. Lola se dió cuenta que por más bueno que pudo haber sido el momento, ella no soportaba la costumbre. Se descoció todo, todo lo que era. Pero las raíces quedaron al centro. Lola estrenó cambio de piel, solo de piel. Decidió no descansar. Dejó las noches algo hueveras, poco productivas, escribiendo emoticones memorizados como si estuviera estudiando para ser operadora. Decidió ponerse a veces tacos, a veces botas, jamás zapatillas. Abandono las caminatas por Larcomar. Dejó los jeans, por las panties. Dejó el delineador, por un maquillaje mucho más elaborado y aprendido por la vista. No quiere esperar a nadie con la cena servida, no quiere vivir detrás de nadie, no quiere ser la sombra de nadie, no quiere ser el prototipo de mujer que los hombres desean al ser criados en el seno de una familia americana. No esperaba a nadie.
Lola quería escapar. Gris era todo lo que veía, o mejor dicho, rosa, rosa rosa. Rosa masticable. No distinguía el corazón de la razón.
Lola creó un mundo solo de ella, donde era la princesa de las muñecas. No esperaba que nadie se fije en ella. Ella siempre terminaba echa un desastre en cada reunión y fiesta que iba. Jamás aceptaba cuando la sacaban a bailar. Y cuando choteaba a cada hombre que pisaba su espacio, desencadenaba más sensualidad de lo normal. Lola empezó a leer mucho, porque la lectura era como su pastilla para olvidar y renacer. Escuchaba música en su cuarto a todo volumen, mientras se pintaba las uñas drogándose con el olor de acetona de fresa hasta que le empezaba a doler la cabeza y empezaba a maquillarse para la noche como un placer que considerará siempre exquisito. Jamás se han aprovechado de ella, porque ella nunca ha sido huevona, todo lo tenia premeditado. Su regla sin consultarla con el corazón y la mente fue nunca enamorarse. Atracciones pasarejas hubieron muchas para ellas, pero ella sabe que jamás la olvidarán. La hicieron especial, pero ella no hizo especial a nadie, el momento, pero nadie lo fue. Lola se volvió invencible, soñadora, la que secretamente creía que vivirá para siempre. Lo sigue haciendo.
Su habilidades casi psiquícas para relacionarse con la gente son casi como un don para ella. Ella siempre la ha acertado, lo detecta en las miradas, lo siente simplemente, es el ambiente. Ella sabe cuando se siente bien y cuando se siente incómoda. Lola podría manipular a la gente, pero ella no es mala. Quizás muy fría, tan fría pero, si es que le pones un poco de fuego ya se derrité inmediatamente. Lola por eso ama el invierno, no le gusta el calor, le gusta lo frió, lo directo, directo al grano. Lola dice que en el invierno el maquillaje se luce más, te pones más ropa, mas combinaciones. Lola dice que en invierno las uñas negras se ven lindas. Lola en invierno usa el cabello largo, suelto, como si fuera un manto atrapa sueños y que los deshace a su vez. Ser mujer completa. Vivió un año entero de invierno, sin verano. Lola asi nació, en invierno. Todo estaba a su favor.
Pero llego el verano poco a poco. Verano, calor, sol, fuego. El nombre Santiago Salas es rojo, es negro, es fuerte, la asusta, la desarma, el antagonista de todo. El coprotagonista de un amor incivilizado. Lo que soñó y a la vez no esperaba. La agarró de sorpresa. No fue un balde de agua fría, fue un balde de agua caliente, muy caliente, que la dejó ardiendo. La dejó en llamas. Y ahora ya es muy tarde para corregir todo lo que está ardiendo dentro de ella. El invierno será caluroso y no por el calentamiento global, hay un mal peor y su nombre es Santiago Salas.
¿Qué has hecho con Lola Barcelona, Santiago Salas? La has desarmado. Ahora el invierno también sera caliente. Ahora hay fuego infinito.
Lola quería escapar. Gris era todo lo que veía, o mejor dicho, rosa, rosa rosa. Rosa masticable. No distinguía el corazón de la razón.
Lola creó un mundo solo de ella, donde era la princesa de las muñecas. No esperaba que nadie se fije en ella. Ella siempre terminaba echa un desastre en cada reunión y fiesta que iba. Jamás aceptaba cuando la sacaban a bailar. Y cuando choteaba a cada hombre que pisaba su espacio, desencadenaba más sensualidad de lo normal. Lola empezó a leer mucho, porque la lectura era como su pastilla para olvidar y renacer. Escuchaba música en su cuarto a todo volumen, mientras se pintaba las uñas drogándose con el olor de acetona de fresa hasta que le empezaba a doler la cabeza y empezaba a maquillarse para la noche como un placer que considerará siempre exquisito. Jamás se han aprovechado de ella, porque ella nunca ha sido huevona, todo lo tenia premeditado. Su regla sin consultarla con el corazón y la mente fue nunca enamorarse. Atracciones pasarejas hubieron muchas para ellas, pero ella sabe que jamás la olvidarán. La hicieron especial, pero ella no hizo especial a nadie, el momento, pero nadie lo fue. Lola se volvió invencible, soñadora, la que secretamente creía que vivirá para siempre. Lo sigue haciendo.
Su habilidades casi psiquícas para relacionarse con la gente son casi como un don para ella. Ella siempre la ha acertado, lo detecta en las miradas, lo siente simplemente, es el ambiente. Ella sabe cuando se siente bien y cuando se siente incómoda. Lola podría manipular a la gente, pero ella no es mala. Quizás muy fría, tan fría pero, si es que le pones un poco de fuego ya se derrité inmediatamente. Lola por eso ama el invierno, no le gusta el calor, le gusta lo frió, lo directo, directo al grano. Lola dice que en el invierno el maquillaje se luce más, te pones más ropa, mas combinaciones. Lola dice que en invierno las uñas negras se ven lindas. Lola en invierno usa el cabello largo, suelto, como si fuera un manto atrapa sueños y que los deshace a su vez. Ser mujer completa. Vivió un año entero de invierno, sin verano. Lola asi nació, en invierno. Todo estaba a su favor.
Pero llego el verano poco a poco. Verano, calor, sol, fuego. El nombre Santiago Salas es rojo, es negro, es fuerte, la asusta, la desarma, el antagonista de todo. El coprotagonista de un amor incivilizado. Lo que soñó y a la vez no esperaba. La agarró de sorpresa. No fue un balde de agua fría, fue un balde de agua caliente, muy caliente, que la dejó ardiendo. La dejó en llamas. Y ahora ya es muy tarde para corregir todo lo que está ardiendo dentro de ella. El invierno será caluroso y no por el calentamiento global, hay un mal peor y su nombre es Santiago Salas.
¿Qué has hecho con Lola Barcelona, Santiago Salas? La has desarmado. Ahora el invierno también sera caliente. Ahora hay fuego infinito.
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