jueves, 24 de noviembre de 2011

Basorexia

No sabía que existías, basorexia. No sabía que existías en mí y en él.

Mis papilas gustativas están destruidas. A veces cuando saco la lengua para sentir el frío o el viento (como si fuese una especie de cura), siento algo, roces. Luego cuando la devuelvo a su lugar, siento un sabor extraño a sangre. Me miro en el espejo y no hay nada. Pero están muy rojas, considerablemente rojas. No tiene sentido comer, porque si no siento el sabor, ¿para qué? No soy partícipe del "comer para vivir", sino del "vivir para comer", si no siento sabores, ¿ya para qué comer? Solo hay una cosa que siento, que saboreo y vivo: sus besos. Yo siempre consideré estúpido el hecho de cómo los humanos se dejan llevar por las hormonas alborotadas y dan su vida por un beso de una noche: no por una persona, no por amor, sino, todo por un beso. Pero para mí, primero fue ese alguien y luego sus besos. Suena cochinamente cliché, pero es un vicio. Él es mi sabor favorito, en todo sentido.

3 comentarios:

  1. Hoy es un día de total basorexia para mí, y me topo con este blog y este escrito, me encanta porque es muy similar a lo que siento. Saludos =)

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  2. cuelga mas fotos tuyas, lola. al menos dame el privilegio de poder construirte como pedazos perdidos de rompecabezas a traves de tus fotos y soñar contigo. al menos concedeme ese deseo, si es que no puedo besar tus labios que son tan apetitosos ... como cosa mínima que deseo hacer.

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  3. No soy partícipe del "comer para vivir", sino del "vivir para comer".

    Muy buena.

    Un saludo.

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