Todos quisieramos ser niños de nuevo para que aprendamos facilmente: sin quejarnos sin preguntar por qué y sin ser tan contreras, como si el cerebro fuese una masa tierna de carne, con la mente abierta a cualquier enseñanza y luego cuando pase el tiempo darnos cuenta que todo sirvió, o simplemente nunca darse cuenta pero vivir en los resultados. Pero, nunca es tarde para aprender.
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