Lo siento tanto, en verdad. Siento que estoy cayendo en lo que siempre he detestado en todos mis profesores. Pero es que hoy me di cuenta en verdad que he regresionado a mis amores platónicos. Fui al cine a ver una película X en cartelera y uno de los personajes se parecía a él, según yo. Últimamente cualquier hombre que esté en sus sesentas probablemente se parezca a él. ¿Qué chucha me sucede, en serio? Recuerdo haber estado enamorada casi toda mi infancia y adolescencia de Paul McCartney y de ahi nadie más volvio a robarme un suspiro, pero ahora siendo una joven, adolescente mayor, adulta (llámenlo como quieran, esas categorías psicobiológicas nunca me convencieron), cada vez que escucho, veo, leo a este hombre, me roba un suspiro intelectual. Es un idiota a veces, pero también es brillante, muy brillante.
Odiénme, por favor. Mátenme. Me ha robado el corazón. O quizás deba decir...¿el cerebro? No quiero perder mi objetividad jamás de los jamases.
Esta debe ser la reseña más superficial y subjetiva que se ha escrito de él. Para nada parcializada.