jueves, 11 de agosto de 2011

Muy lento

Seamos tortugas. Caminemos muy lento. No hay por qué apresurarse. Nada nos acecha, nada nos culpa, nada nos señala. El camino está libre. No hay ninguna carrera, y bueno, de igual manera, yo jamás he sido rápida en mi vida y creo que nunca he ganado una carrera en atletismo. Seamos tortugas. ¿Otra ventaja a parte de ir muy lento? Disfrutar paso por paso, para que luego no se diga 'me gustaría tener una estúpida máquina de tiempo'. ¿Otra ventaja? Y creo que la más importante, somos longevas, muy longevas. Creemos, secretamente, que seremos los únicos en vivir para siempre. El tiempo solo dirá cuando es nuestro tiempo. El tiempo lo destruye todo. Pero también puede construir. El tiempo, si nosotros lo dejamos, nos puede construir a nosotros mismos.

Con cuidado


Pero si tan solo ha pasado menos de un mes. Con cuidado, con cuidado. Paranoica con fundamento. No hay por qué apurarse. Creo que ahora el animal con el que me debería sentir identificada es la tortuga. Lento, lento, lento. Quizás ahora lo mejor, será optar por lo convecional. Pero ahora, hasta lo convecional me da miedo. Pero la vida continua...